Artículo de opinión publicado en  20 de julio de 2022       

Por Gabriel Vargas Lozano (Profesor/investigador del Departamento de Filosofía de la UAM-I)

En los últimos tiempos, la filosofía y las humanidades han estado bajo ataque. Gobiernos conservadores y neoliberales como los de Calderón, en México; Mariano Rajoy, en España; Fujimori, en Perú, y otros en Latinoamérica junto con los grandes medios masivos de comunicación, han eliminado o tratado de eliminar su enseñanza y difusión. Una de las tesis que aducen es que se trata de un pensamiento inútil y, por tanto, debe ser suprimido o censurado.

Desde luego que cuando hablan de inutilidad están pensando en un martillo o un desarmador, pero hay otro significado para dicho concepto y es el de que se trata de una creación humana que sirve para que las personas se conozcan a sí mismas y al medio que las rodea; se enriquezcan culturalmente; superen la enajenación y luchen por una sociedad mejor. Disciplinas como la ética son esenciales para el examen de la conducta moral; la estética inquiere sobre la valoración del arte, la literatura o simplemente la sensación que nos produce admirar a la naturaleza; el estudio de la lógica implica la organización sistemática de los argumentos evitando caer en falacias y el de la filosofía, nos permitirá entender, por ejemplo, su papel en la liberación de sociedades injustas (véase mi libro Filosofía, ¿para qué? En www.cefilibe.org).

La filosofía y las humanidades han hecho una aportación extraordinaria al conocimiento profundo del ser humano y por ello no entendemos por qué la Secretaría de Educación Pública, que forma parte esencial del proyecto de la Cuarta Transformación, no haya incluido a la filosofía dentro de sus reformas y, por el contrario, parece tratar de evitarla. Por ejemplo, tanto el Observatorio Filosófico de México (OFM) como la Asociación Filosófica de México (AFM) propusimos, desde que Esteban Moctezuma Barragán ocupó el cargo de secretario de Educación Pública, la incorporación de la filosofía para niños e incluso organizamos, con apoyo de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, un coloquio sobre el tema que tuvo un enorme éxito (véase el libro Filosofía para niños y niñas en Méxicowww.ofmx.org).

Algunas personas, que no conocen esta metodología propuesta inicialmente por Matthew Lipman y desarrollada en Inglaterra, España y Francia, entre otros países, creerá que se trata de atormentar a los pobres niños, mediante el estudio de la Crítica de la razón pura, de Kant, o la Fenomenología del espíritu, de Hegel. Nada más alejado de la verdad. Por el contrario, se trata de aplicar recursos didácticos que mediante relatos, videos, juegos, etcétera, permita a los niños desarrollar su imaginación; enseñarlos a dialogar; a respetar a los demás y a investigar los problemas que más les interesan. Esta metodología ha sido probada, por ejemplo, en la Universidad de Birmingham, llegando a la conclusión de que niños pudieron, más allá de lo que hemos dicho, mejorar en lectura y matemáticas. La filosofía para niños constituye una defensa con respecto a la violencia real y simbólica que vivimos en México y el mundo. Su incorporación sería una gran aportación de la 4T. Por otro lado, el OFM y la AFM propusimos también cursos de ética en la secundaria, pero no para confundirlos con civismo y tampoco para convertirlos en mandamientos propios del catecismo, sino para analizar los mil y un problemas morales existentes en la sociedad y que derivan tanto de la acción política como del narcotráfico, los feminicidios, la discriminación, la falta de respeto a la vida humana, etcétera. Pero también propusimos una actualización de la didáctica en los cursos impartidos en la educación media superior y nos encontramos que en la reforma que pretende desarrollar la subsecretaría correspondiente se busca aplicar el método campos formativos y transversalidad, que implica la fragmentación de las disciplinas filosóficas y humanísticas y la desaparición de su enseñanza integral.

En este sentido, el OFM, la AFM, la Coapehum, la Red Nacional de Escuelas y Facultades de Filosofía, Letras y Humanidades y profesores procedentes de 60 instituciones del país enviamos un documento al subsecretario doctor Juan Pablo Arroyo, donde afirmamos, entre otras cosas, que en su propuesta de reforma, se pierde la veta de las humanidades que refiere a lo propiamente humano en la historia, la antropología, la filosofía, la geografía, el derecho, la literatura, asignaturas con un legado que queda fragmentado en el marco curricular común para las humanidades que pretende aplicar en la educación media superior. Es por ello que consideramos que las disciplinas filosóficas y humanísticas mencionadas deben mantenerse para ser impartidas en forma íntegra conservando sus nombres y sus temas, pues la aplicación mencionada implicaría la pérdida para las y los estudiantes de una formación básica (ver documento completo en www.ofmx.org). El subsecretario nos ha expresado que atenderá los argumentos que ha presentado la comunidad filosófica nacional y esperamos que así sea para bien de nuestra juventud.